Desde el Parnaso

jueves, enero 16, 2014

Nuestro río, mi río Tajo


Aquí estoy de nuevo, subiendo al Parnaso, contemplando desde aquí  nuestra ciudad, nuestro maltratado valle del Tajo.

Dos años…., han pasado dos años desde la última vez que me senté, en la cima del Parnaso, a tratar de transmitir mis sentimientos,  emociones, mi rabia, mis alegrías y tristezas.

Han pasado muchas cosas en este tiempo en mi ciudad y en mi vida: seguimos perdiendo industrias importantes (Unilever) y amparándose en la crisis los políticos de turno nos recortan derechos  y prestaciones sociales que tantos esfuerzos costaron  conseguir; seguimos  pagando  las deudas de aquellos que no quieren compartir sus beneficios…..

Pero también han pasado algunas cosas buenas en este tiempo: me volví a casar, la familia ha aumentado y ya soy “tío-abuelo”, y….., aunque tiene su lado malo, la “ladrillitis” ha dado un respiro a este valle y proyectos como el del PAU de las Cabezadas han quedado paralizados y de momento podemos seguir contemplando las copas de los árboles cuando, desde el norte ó desde el sur, arribamos a  nuestro querido Aranjuez.

 Hace un par de meses, antes de que el fatídico 2013 acabara, se celebro una concentración en el Puente de Barcas para protestar contra el nuevo atentado contra el Tajo que “¿nuestros representantes regionales?” habían cometido al elaborar un “Memorandum” mediante el cual eludir la Ley estatal que podía poner fecha de caducidad a la sangría que supone el Trasvase Tajo-Segura.

Allí, junto al río, estábamos los de siempre. Quizás los últimos que pudimos bañarnos en nuestro río y que, quizás por eso, sabemos lo que estamos perdiendo o ya hemos perdido.

Había gente joven, si, es verdad, pero creo que muy poca dado que lo que esta en juego es nuestra forma de vida, nuestro entorno, nuestra ciudad.

Me acorde entonces, mientras oía una canción que pusieron en la megafonía del acto, de un texto que había escrito (creo que en el 2010) y que nunca llegue a colgar en este Blog.

Algunas cosas que se mencionan en él han cambiado y otras se han incluso agravado, pero no he querido cambiar nada, solamente he añadido fotos de nuestro río, de su antes y de su después. Solo espero que despierte la conciencia de alguien y que la próxima vez que tengamos que salir a la calle a defender al Tajo seamos unos cuantos más.

Por otro lado, quisiera comprometerme a escribir , a subir al Parnaso con más frecuencia. Pero………..


"Hace algunos años, en una tertulia radiofónica  que se celebraba los sábados por la mañana en Radio Aranjuez, uno de los tertulianos (creo que se llama Felipe Sánchez Ríos) hablaba de la perdida de la memoria en todo aquello que concierne a Aranjuez.

En un primer momento no entendí a que se podía referir con esta pérdida de memoria; pero ahora, pasados los años, creo entender perfectamente a que se refería.

 Solo tendríamos que preguntar a nuestros mayores por el Aranjuez que conocieron.

Mi familia, llego a Aranjuez a principios de los años cuarenta, mi abuelo viajaba desde Valencia al mercado central de Madrid con camiones de naranjas, y, al llegar a Aranjuez, una riada, puede que una de la últimas que el Tajo tuvo, le impidió continuar su viaje.

¿La última riada - 1940?

 El río  (que nos llevaba….) había abandonado su cauce y junto con el Jarama  había inundado todo el valle, no había forma de pasar hacia Madrid, y supongo que la vuelta por Toledo no debía ser tampoco posible.

En definitiva, mi abuelo se vio obligado a alquilar un local en Aranjuez y tratar de vender sus naranjas. ¿Resultado?.,  las naranjas se vendieron fenomenalmente (acudían compradores de todos los pueblos de la comarca)  y  los siguientes viajes tuvieron como destino Aranjuez y no el mercado central de Madrid.

Nació lo que todavía alguno de nuestros mayores recuerda como “El cuarto de las naranjas”, situado en la esquina de las calles Almíbar y Abastos, en diagonal con otro establecimiento, también desaparecido, histórico en nuestra ciudad, “El Noblejano”.

 Aquel “Cuarto de las naranjas” se convirtió en la frutería de “La Valenciana”  con lo que el Tajo se convirtió en el “culpable” de que, hoy en día, (habiendo pagado un enorme tributo, pues en el Tajo se ahogaron dos hermanos de mi madre el 15 de Agosto de 1950)  la tercera generación de mi familia siga establecida en Aranjuez.

 Aquellas riadas ya no existen, ya no causan daños pero tampoco aportan el magnifico abono que suponía el limo que las aguas dejaban al retirarse.

Hemos ido perdiendo la memoria y olvidado cuando había que atravesar la Mariblanca en barca debido a las riadas.

Seguimos admirando los enormes y espléndidos árboles de la Calle de la Reina (por cierto, ¿para qué sirvieron los chips que se les colocó hace unos años?),  pero nos hemos olvidado de los plátanos de igual tamaño que había en la calle Capitán o en la calle del Rey, o la carretera del embocador , o los que había en la margen izquierda de la carretera de Toledo en dirección a la estación, y otros y otros arboles que han ido cayendo uno tras otro en aras del mal llamado progreso y de oscuros intereses económicos de los responsables de turno.

La rotura - 1980

Nuestros visitantes y las generaciones más jóvenes de arancentanos se maravillan del entorno del que disfrutamos. Pero…. ¿Qué opinan nuestros mayores?, ¿Dónde quedaron los baños en el río?, ¿ donde se fue la playa de “la peseta”,  los domingos de baño en el embocador, la rotura, el chinarral, el rancho grande o la pavera?
¿Qué ha pasado con los sotos de ribera como los que había entre el Puente de la Reina y el embocador?, ¿por qué se consintió, a mediados de los ochenta, que los maizales invadieran el terreno de dominio publico de las márgenes del río?
El río que nos llevaba es hoy un simulacro de río casi comparable con el triste Manzanares que atraviesa Madrid. Su mermado cauce ha hecho descender el nivel freático y, con esta bajada, arboles centenarios como los que había en la carretera de la Pavera han ido “falleciendo” uno tras otro debido a la falta de agua o a plagas que les han ido restando las escasas reservas de que disponían.
La rotura - 1980
La rotura - 1980





Podríamos culpabilizar al trasvase Tajo-Segura de todos los males que padece nuestro Tajo y su entorno,  pero somos muchos los culpables.
La rotura  - 1998

Aranjuez, va perdiendo día a día su memoria y su identidad, ¿Dónde se fueron las huertas, donde la enorme variedad de frutales que albergaban, conoce alguno de los jóvenes arancetanos las manzanas de “verruga”?

Pero no solo es nuestra flora la que ha ido desapareciendo con los años, no es solo nuestro Tajo el que ha padecido nuestra desidia. Nuestra ciudad, nuestro casco urbano, las típicas corralas que dieron carácter a nuestra ciudad han ido siendo victimas de la piqueta especuladora de constructoras e inmobiliarias.

¿Quién recuerda que, al parecer, hubo un intento (afortunadamente abortado por un grupo de ciudadanos verdaderamente concienciados) de construir en el centro de lo que hoy son las calles del Príncipe e Infantas dejando como calzadas los actuales bulevares?
El rancho grande - 1980
Si  repasamos estadísticas de comienzos de los sesenta podremos ver que Aranjuez, después de Madrid capital, era el pueblo más importante de la provincia. Disponíamos de industrias importantes (EISA,LEVER,PIRELLI,MAFE,CEPA) una pujante agricultura que atraía incluso a quienes ahora son destinatarios del agua de nuestro río, ¿recuerda alguien que la “pará palacio” se convertía en secadero de ciruelas recogidas por agricultores murcianos que compraban las cosechas de Aranjuez?

Existían multitud de comercios, industria textil, conserveras……

Aranjuez era el centro no solo de la comarca de las vegas, era un centro de atracción de gentes de toda España buscando un futuro mejor.

Junto con la memoria como ciudad hemos ido perdiendo industrias, comercios, el agua, las cosechas, el Teatro Real. (¿Recuerda alguien que existía un Teatro de propiedad privada en la calle Stuart semi-esquina a Infantas?). Diversiones tan nuestras como los cines de verano (han existido cines de este tipo junto a la iglesia de San Antonio, en el Brillante, junto a la Telefónica, en la Plaza de Toros, en la calle de las Heras, en Stuart (el frontón), el Cine Nuevo de Verano en la carretera de Andalucía y el recientemente derribado Cine Moreras)

Hemos perdido prácticamente nuestros “Gangos”, los domingos en el río; un río que en verano se llenaba de bañistas provenientes de los pueblos del sur de la capital y que desgraciadamente todos los años se cobraba su tributo; hemos perdido los juegos de niños en el “bule”, y tantas y tantas otras cosas que nuestra memoria ha ido olvidando poco a poco.

Pero, desgraciadamente, en el futuro aun habrá otras cosas que, tras desaparecer, iremos olvidando. Ahora parece que le llega el turno a las pocas huertas, maizales más bien, que quedan. 

El rancho grande - 1998
Si sigue adelante el proyecto de las Cabezadas, todas las huertas que antaño poblaron cientos y cientos de frutales se convertirán (canales de remo aparte) en viviendas de cinco plantas; se unirán a la realidad del PAU de la Montaña, el cual, afortunadamente, no ha significado la desaparición de vega alguna; pero deberíamos memorizar el paisaje de Aranjuez y su vega para no olvidarlo (aunque quizás ya sea tarde) pues las construcciones en altura de este PAU, y las que se construirán en las Cabezadas, habrán alterado irremediablemente el paisaje de la Vega del Tajo.

No soy arquitecto, ni urbanista, solo soy un arancetano al que le gustaría no seguir olvidando lo que Aranjuez fue, lo que Aranjuez todavía es o lo que Aranjuez podría seguir siendo.

A finales de los sesenta y durante los años setenta Aranjuez se quedó estancado en todos los sentidos. El número de habitantes no crecía, las industrias empezaron a desaparecer, las huertas se transformaron en simples maizales, los murcianos dejaron de venir a recolectar a Aranjuez y se llevaron nuestra agua….

 Es cierto que estos años no fueron nada buenos para nuestra ciudad, pero por otro lado no nos convertimos en una ciudad como Alcorcón, Getafe, Leganés, Móstoles, etc.….

 Deberíamos aprender de tiempos pasados para no cometer errores. No podemos mantener un Aranjuez sin crecimiento; pero nuestro entorno, nuestros antepasados, nuestros mayores, las generaciones futuras de arancetanos nos piden, nos pedirán,  poder seguir disfrutando de los arboles, de los sotos, de los paseos, de la ciudad que Aranjuez es.

De nada sirve un “Paisaje Cultural de la Humanidad” si nos limitamos a conservar solo lo que esta dentro de sus limites, de que servirá si lo rodeamos de edificios y edificios sin personalidad alguna. ¿Alguien se ha parado a pensar que podríamos llegar a convertir el “Paisaje Cultural de la Humanidad” en una especie de Parque del Retiro de Madrid rodeado por cientos y cientos de casas ya sean unifamiliares o en altura?

Creo que todos deberíamos arrimar el hombro, hacer memoria, hablar con nuestros mayores para que nos ayuden a recordar y no olvidar; deberíamos recuperar aquello que podamos y conservar los que nos queda. Que antes de recalificar, urbanizar, construir, etc.….; se estudie y entienda Aranjuez como un todo, no podemos permitir que el paisaje de nuestra vega quede diluido entre edificios y que sobre ellos asomen tímidamente las copas de los arboles supervivientes. No podemos permitir que desde la cuesta del Regajal o desde la de la Reina, los edificios del PAU de la Montaña, las Cabezadas o cualquier otro PAU venidero, hagan desaparecer entre el cemento y el asfalto el paisaje que siempre nos ha caracterizado.

 Se han de buscar alternativas, ofrecer ideas que nos ayuden, recuperar actividades agrícolas que aporten puestos de trabajo y recuperen productos tradicionales de nuestras huertas como los “pericos” (espárragos blancos que se daban en nuestras campos); actividades turísticas que ayuden a recuperar las sendas de pescadores que existían a lo largo del río y hoy invadidas por maizales; sendas que podrían convertirse en rutas de incalculable valor ecológico para disfrutarlas a pie, en bicicleta o a caballo.

Busquemos industrias que ayuden a mantener un desarrollo sostenido de nuestra ciudad, para no convertirnos en otra ciudad dormitorio, pero impidamos que un excesivo y descontrolado crecimiento nos haga ir perdiendo, poco a poco nuestra identidad y nos aboque al olvido de lo que fuimos.

Ojala no seamos nunca objeto de una chanza como la que el marido de una compañera de trabajo hacia sobre un pueblecito de la mancha al comentar que debía ser un pueblo “muy fresquito”  pues tenia tres o cuatro arboles en la plaza.

 Si así ocurriera, habremos perdido la memoria a la que se refería el tertuliano, los arboles irán desapareciendo poco a poco, no iremos olvidando de los que teníamos y las generaciones futuras, al no haberlos conocido,  no los echaran de menos y cuando solo queden unos cuantos arboles pensaran que su pueblo es “muy fresquito”.

 Mi familia le debe mucho a Aranjuez y al Tajo, pues gracias a una de sus riadas nos encontramos aquí. Pero no olvidemos que “TODOS” les debemos mucho pues hasta el momento hemos podido disfrutar de una calidad de vida difícil de encontrar hoy en día.

 Consigamos entre TODOS que esa calidad de vida la puedan seguir disfrutando todos los arancetanos del futuro."

miércoles, enero 04, 2012

La música de nuestras vidas

Siempre he pensado que hay una canción, una música, una melodía, para los momentos más importantes de nuestras vidas.
Volviendo a oír esas melodías, nos alegramos, lloramos, nos entristecemos y, sobre todo, recordamos aquellos momentos, a aquellas personas que nos acompañaban la primera vez que la oímos.
No es este el caso, nunca había oído esta canción con anterioridad y ojalá nunca lo hubiera hecho (a pesar de ello, gracias Pepo por compartirla con nosotros) significaría que no tendría que recordar a mis padres, fallecidos hace ya un año, y no los lloraría al oirla.
Vaya desde aquí, Desde el Parnaso, este pequeño homenaje a ambos, Papá y Mamá, seguro que algún día "volveremos a vernos”.

jueves, diciembre 08, 2011

Recuerdos, imagenes......

El tiempo sigue pasando, desde el Parnaso continuo viendo como la vida sigue su curso y los días van pasando, implacables, uno tras otro. Por estas fechas , hace ya un año, acompañábamos a mi madre en sus últimos días de vida. Sabiendo que su marido, nuestro padre, nos había dejado, sin hacer ruido, sin que nadie lo esperara.
A todos nos sorprendió la entereza de mama cuando se lo dijimos; tuvo, como es normal, unos momentos en que pidió a los médicos que la dejaran irse con su marido pero al día siguiente estaba luchando por seguir adelante rodeada de toda su familia, de todos nosotros.
Pero la vida siguió su curso, y poco a poco, día a día, se fue apagando, sus dolores aumentaban al igual que la pena que nos embargaba a todos y aun seguía luchando cuando con los sedantes recorriendo su ya maltrecho cuerpo, levantaba su brazo tratando de rascarse la cara....
Últimamente en esto días neblinosos y fríos, y cercano el aniversario de la muerte de mi madre, me despierto recordandola, viendola en la cama del hospital donde paso sus últimos días.
Trato, ya lo creo que si!!!!!!, de recordarla en otros momentos de su vida, busco imagenes de ella con su familia a través de su ajetreada vida. Pero se imponen las imagenes que de ella tengo en el hospital y del día en que la lleve para que ingresara en él.
Recuerdo , y me vienen imagenes de cuando era pequeño, mientras me peinaba, nos peinaba, para ir al colegio.
Tengo imagenes de cuando salíamos de paseo todos juntos, las tarde del domingo en primavera, o de cuando en verano, después de cerrar la tienda al mediodía, nos íbamos en la furgoneta, a darnos un chapuzón al rio y después comer bien "fresquitos".
Recuerdo, y aún veo la imagen, cuando debido a mi primer "dolor de amores" intentaba consolarme y darme ánimos al mismo tiempo en que me hacia una confidencia sobre sus "males de amores" y sus desengaños.
Cuantas cosas no sabemos de nuestra madre, de nuestro padre!!!!!!!!!
Tengo muchas fotografías de ella y de papa, y lo más importante, tengo sus recuerdos y su imagen en mi mente, en mi alma y mi corazón.
Pero a pesar de eso, las imagenes y recuerdos que últimamente tengo son las de esos días mas tristes y dolorosos, al menos para mi.
La vida sigue, y tiene muchos momentos y matices en su devenir, quizás es por eso por lo que ahora valoro mas aquellos momentos felices, de intimidades madre-hijo, incluso de aquellos momentos de regañinas y castigos.
Creo que no debe entristecerme recordar sus últimos días, creo que me ayudan a valorar más mi vida junto a la de ellos, y creo que me ayudaran a afrontar mi vida sin su compañía..
Siempre seguiré teniendo en mi su recuerdo, sus imagenes , todas.............

viernes, noviembre 25, 2011

EL tiempo vuela, la vida sigue

Mucho, mucho tiempo, mucho tiempo ha pasado desde la última vez que subí a este monte que domina mi ciudad, a este monte del que poca gente conoce el nombre que antiguamente tenia, y al que ahora, como mucho, se le llama, simplemente, el “cerro de los frailes”. Pero incluso puede que nadie le llame ya así, pues……. ¿Quiénes eran esos frailes?.
Da igual, da igual quienes eran aquellos frailes, da igual porque la memoria colectiva, nuestra memoria individual solo se va quedando con aquello que no le causa problemas. Nuestra mente, ¡tan inteligente ella!, va aparcando, en un rincón de difícil acceso, todo aquello que nos perturba, todo aquello que no nos gusta, todo aquello que nos entristece, todo aquello………….
Desde el Parnaso he visto pasar un año desde aquella noche, desde que aquella noche, en “una habitación con vistas” recibí una confusa llamada de una de mis hermanas, diciendo que Carlos la había llamado diciendo algo sobre mi padre que no entendía.
Aquella triste. y larga noche, falleció mi padre mientras yo hacia compañía a mi madre en una triste habitación con vistas de un hospital al que yo la lleve y del que yo me la traje, casi dos meses después, en una triste caja de madera en la que, yo lo sé, nunca estuvo realmente, pues su alma, su espíritu, su “ser”, viajo, aquella noche, junto a mi padre para ver aquel eclipse de luna que esa noche “sucedió” para ellos.
Durante este año, en algún momento, he tratado de volver a escribir cuando me he sentido triste y vacío, he tratado de volver a plasmar en este blog mis sentimientos y emociones, mis recuerdos hacia ellos; pero…., no he podido, no he podido expresar lo que siento, el vacío que me han dejado y el sentimiento de profunda tristeza que….., durante este tiempo, me ha embargado muchísimas veces.
Alguna vez me he puesto a escribir pero no he podido terminar, siempre he tenido la sensación de que no lograba expresar lo que sentía, lo que de verdad quería contar.
Supongo que todos nosotros, todos sus hijos, en algún momento, durante este año que ha pasado desde la muerte de nuestro padre nos hemos sentido verdaderamente “huérfanos” y lo hemos echado de menos inmensamente.
Supongo que cada uno de nosotros hemos tratado, cada uno a su manera, de superar nuestros momentos de añoranza y tristeza. Y…., espero y deseo, que esos momentos no haya influido en las personas que nos rodean y no hayan entristecido, ¡demasiado!, a las personas que queremos.(no tienen ninguna culpa)
Y….., si no, acordémonos de nuestra madre, de su ejemplo, de su sufrimiento en silencio.
Perdió a sus hermanos, perdió, poco tiempo después, a su padre; y, en plena juventud, se vio rodeada de “negro” durante demasiado tiempo; y, aún así, ¿cuando la vimos triste?; ¿cuando, a pesar de lo que llevaba por dentro, la vimos un mal gesto, una mala cara hacia sus hijos, hacia su familia?
Fue un ejemplo para todos nosotros, un ejemplo al que seguir, un ejemplo al que imitar, una figura a la que no olvidar por mucho tiempo que pase.
No sé como terminar este escrito, esta entrada en este blog que comencé de una forma totalmente diferente, de una forma que no tiene nada que ver con los sentimientos que ahora intento plasmar.
No quiero estar triste, no quiero que ninguno de nosotros este triste, se que nuestros padres no quisieran vernos tristes al igual que se que no quisieran que tomáramos “atajos” para evitarlo. Creo que, a veces, nos engañamos a nosotros mismos tratando de ver espejismos que nos alejen de la tristeza que nos rodea.
No me acaba de gustar lo que he escrito, pero lo voy a colgar, y también voy a colgar otra “parrafada” escrita un tiempo atrás que no colgué pues no me convencía del todo.
Quisiera cerrar un capitulo de mi vida con esta entrada, quisiera pasar pagina en el libro de mi vida y seguir adelante, como sé que mis padres quisieran que hiciera. Pero….., sé, al mismo tiempo que lo estoy intentando, que no lo conseguiré, que no podré cerrar este capitulo, que no podré olvidarlos pues, sé que mi vida, lo que me quede, se la debo a ellos y que yo, con todas mis circunstancias, soy su proyección hacia el futuro. ( lo qué me apena es que yo no tengo proyección).
Ya basta, ya basta por hoy, creo que si sigo acabare por no colgar nada en el blog.

Esto es lo que escribi hace tiempo:
La primera vez.

De nuevo en el Parnaso, aquí sentado, frente a un hoja en blanco, después de mucho tiempo sin hacerlo, después de mucho tiempo dando vueltas a una idea para “subir al Parnaso” y escribir.
Pero está claro que solo puedo hacerlo en determinadas ocasiones, en aquellas ocasiones en que , por alguna u otra razón, la tristeza me invade y me encuentro francamente bajo de moral.
Ahora mismo, me cuesta seguir escribiendo, a veces me pasa, me siento frente a la pantalla, con las ideas claras sobre lo que escribir, y después de unas cuantas palabras no se como continuar.

Este año, ha sido la “primera vez” en muchas cosas…..
Desde que fallecieron mis padres, cada día ha sido distinto a cuando ellos vivían.
Hemos pasado la primera Nochebuena sin ellos, la primera Noche Vieja sin ellos….. Pero la “primera vez” en que sentí su falta, fue al no poder llamarles, como hacia cada vez que viajaba, para decirles que ya habíamos llegado.

Siempre son las pequeñas cosas las que más se echan de menos, cuando llamaba era solo para decir “Papá , Mamá, ya hemos llegado”, y para oir “¿Qué tal el viaje?”, “dad recuerdos a todos”.
Solo era eso, solo un intercambio de palabras sin importancia, sin trascendencia y que ahora hecho tanto de menos.

Este año, llego el primer “día del padre” sin nuestro padre, y llego el primer “día de la madre” sin nuestra madre, e iran llegando sus cumpleaños, sus santos y no podremos felicitarlos ni hacerles regalo alguno.
Y nosotros cumpliremos años y nos volveremos a ir de viaje , y no nos felicitarán y no podremos llamarles para decirles “ ya hemos llegado”.

Sabemos que la vida sigue, que la “vida sigue igual” y así seguirá, sin ellos, sin nosotros cuando no estemos. Y sé que a ellos no les gusta vernos tristes, sé que ellos quieren que continuemos nuestras vidas, que seamos felices y que su recuerdo no nos entristezca, que no condicione nuestras vidas.

Hemos de seguir, sin ellos, pero así ha de ser.

domingo, enero 23, 2011

Aquellas pequeñas cosas

El tiempo vuela,esa es la verdad!!. Aunque a veces nos parezca que no pasan los días, estos van transcurriendo, uno tras otro, tan implacablemente que de repente se han transformado en meses y rápidamente en años.
Desde el Parnaso ya he visto transcurrir un mes desde la muerte de mi madre y dos desde que falleció mi padre.
Dicen que el tiempo todo lo borra, y no lo dudo, pues penas que en su momento me parecieron imposibles de borrar de mi mente han quedado, por esa asombrosa capacidad de memoria selectiva que poseemos, sepultadas en algún rincón de mi memoria.
Pero no creo que ninguna de aquellas penas de adolescencia pueda compararse con los sentimientos que ahora me embargan.
Supongo que acabaré, no olvidando a mis padres, pero si superando su falta.
No echo de menos grandes cosas; quizás hace tiempo, puede que desde mi infancia, que las grandes cosas vividas con ellos dejaron de tener esa importancia que le das a todo lo que vas descubriendo en aquellos años de aprendizaje y que nuestros padres, aún con sus limitaciones, han tratado de inculcarnos para nuestro bien.
No,no echo de menos aquellas "grandes cosas" esas pasaron a ser parte de mi hace tiempo, y para bien o para mal, ahí están, conmigo...
No,definitivamente no echo de menos esas "grandes cosas"', lo que echo de menos, y se me saltan las lagrimas al pensar en ello, son las breves visitas que les hacia al salir del trabajo, aquellos instantes en los que pasaba a saludarlos sabiendo que siempre estarían en casa,; lo que echo de menos es aquel sexto sentido de mi madre, quien con solo vernos pasar por la puerta y con aquella su pregunta "¿que te pasa?" nos desarmaba y parecía que estuviera dentro de cada uno de sus hijos y conociera cada uno de nuestros males y problemas.
Lo que echo de menos son las visitas de cada domingo por la mañana y las polémicas que mi padre comenzaba por el mero placer de "picarme" y hacerme saltar.
Lo que echo de menos es la imagen de mi madre, junto a la ventana, cosiendo una de las innumerables prendas que sus hijos y nietos la llevábamos para que, zurciera, acortará, estrechará.........
Lo que echo de menos es ver a mi padre disfrutar con cualquier tipo de comida, ó incluso lo que echo de menos es oírle despotricar contra Zapatero.
Los echo de menos a ellos, y para mi, ellos no eran "pequeñas cosas", han sido unos padres enormes que, con sus dificultades, errores y aciertos, han sabido sacar adelante una gran familia, siete hijos!!, los cuales han sabido, eso creo, recoger su impronta y llevar , cada uno de ellos, las enseñanzas, forma de ser, vivir, etc...que a ellos , con esa libertad para elegir que siempre nos dieron, les hubiera gustado ver en nosotros. Creo poder decir que todos nos sentimos orgullosos de ser "Marqués" y creo poder decir que quienes nos conocen saben que todos tenemos una forma de ser y de comportarnos que nos caracteriza y distingue (espero que para bien).
Lo cierto es que les echo mucho de menos, no he podido, aún, hacerme a la idea de que no pasaré más por su casa al salir del trabajo, que nos los oiré más y que ya no podré ir a comer con ellos los Jueves.
Afortunadamente me queda su recuerdo, y no podré olvidar la cara de placidez, como despidiendo de aquello que iba viendo, de mi madre cuando la lleve al hospital del que nunca volvió.
No podré olvidar las ultimas palabras de mi padre la tarde anterior a su muerte, "un taxi!!!" decía, "si, cogeré un taxi!!!" dijo mi padre cuando yo le pedí que lo hiciera para poder ir a ver a mi madre al hospital al día siguiente pues le dolía la pierna y no podía andar.(que lejos de nosotros te llevo aquel taxi!!!!)
O las últimas palabras de mi madre,cuando desesperada por el dolor que padecía, y ante mi absurdo enfado por su tozudez, me decía apretando con sus dedos mi cadera " si tu tuvieras a alguien apretándote continua y fuertemente ahí entenderías como me siento!!!!!"
Quizás no sean "pequeñas cosas" las que echo de menos quizás soy yo quien quisiera empequeñecerlas para intentar llevar mejor este "enorme" vacío que siento.

lunes, diciembre 27, 2010

Eclipse de Luna


De nuevo escribiendo desde el Parnaso,ya quedo atrás aquella "habitación con vistas" sobre la ciudad de Madrid.
Hoy, dentro de una hora escasa, hará una semana que nos dejo mi madre, hará una semana que dejamos aquella triste "habitación con vistas"
Aquella noche llovía sobre Madrid, llovía y hacia mucho frío, el clima parecía querer acompañarnos en nuestro llanto y llenaba, aun más, de frío nuestro corazón.
Mamá nos dejo, eso queremos pensar, sin sufrimiento, después de 18 días apagandose poco a poco, aferrandose a la vida con una fortaleza sorprendente; fortaleza que sorprendió a los médicos y que nos llenó de tristeza a nosotros pues sabíamos de la inutilidad de esos esfuerzos, de la inutilidad de la lucha que su tremendo corazón mantenía, un corazón en el que cabía toda su extensa familia y en el que siempre había un hueco para aquel que la necesitara.
Mamá se fue con papá algo menos de un mes después de que él nos dejara;tiempo en el que apenas pudimos llorar a nuestro padre, tiempo en el que tratabamos de estar en todo momento junto a ella, tiempo en el que, curiosamente, todos los hermanos hemos estado más juntos que nunca en torno a nuestra madre.
Mamá muchas veces, en estos dos meses de hospitalización, se preguntaba porque el Señor le hacia pasar ese Calvario, porque la sometia a ese sufrimiento, porque la sometia a tan dura prueba; ahora, con la perspectiva que nos va dando el tiempo transcurrido,creo que la prueba era para nosotros, no para ella sino para todos sus hijos. Y puedo asegurar que ha sido dura, muy dura...
Pero pienso que, mamá, en sus últimos días de vida, ha conseguido lo que ella más anhelaba, vernos juntos y unidos y lo ha hecho entorno a ella; quizas la fortaleza que demostro estaba encaminada a unirnos, en el dolor, pero a unirnos al fin y al cabo.
En todo este tiempo que hemos pasado cuidandola, junto a su cama, nos hemos contado cosas que no habriamos hecho en ninguna otra ocasión, hemos compartido sentimientos que jamás hubieramos compartido.
Aquella madrugada habia un eclipse de luna, aquella madrugada "lloraba" sobre Madrid y las nubes impedian ver el eclipse y la maravillosa luna llena, aquella madrugada mamá dejo su triste "habitación con vistas" para ir a contemplar, en primera fila, aquel maravillo eclipse de luna junto a papá.
Puede que hasta haya sido la primera vez, hasta puede que en toda su vida, como padres nuestros, siempre dedicados a nosotros, no hayan tenido ni tiempo para pararse a mirar al cielo.
Sabemos que ahora estarán juntos y que allí donde esten seguiran velando por nosotros, cuidando de toda su familia como lo hacian desde aqui, y que aunque durante un tiempo el dolor oscurezca nuestros corazones, al igual que la Luna vuelve a brillar tras el eclipse, su "luz", sus entrañables recuerdos, sus enseñanzas y las ganas de vivir de ambos seguiran iluminando y acompañando a su familia, porque sabemos que ellos nos querian felices, alegres y que no les gustaría vernos tristes durante mucho tiempo.
Desde aqui, desde este rincón de la Vega del Tajo, solo me queda llorarlos, pues la verdad es que los hecho de menos. Ahora, pasados los días de máximo dolor, los días en los que todo va tan rapido que casí no te da tiempo a darte cuenta de lo que ha pasado; ahora, pasados esos días, es cuando me doy cuenta del vacio que su marcha me ha producido, y los echo de menos, muchisimo.
Pero me queda el consuelo de saber que siempre estarán "ahí" a nuestro lado, y se que cada Luna llena, su luz nos iluminará, un poco más si cabe, y nos haran compañia en los momentos en los que el "eclipse" no deje sin su luz.
Hasta siempre queridos padres, Papá, Mamá os queremos.

martes, diciembre 07, 2010

Habitación con vistas


Hace un año y unos días que no me paro a divisar, desde el Parnaso, lo que acontece en la Vega del río Tajo. Hace un año y unos días que no encuentro motivo alguno por el que escribir. Hace un año y algunos días desde la ultima entrada en este blog y hace unos ocho meses que esa entrada, al ser leída por la persona a la que quiero, dio lugar a una tremenda confusión que me quito las ganas de seguir escribiendo.
Hace un año y algunos días que no he vuelto al Parnaso y ni siquiera esta noche en la que escribo lo hago desde allí.
Mi vista, el paisaje que desde hace algo mas de un mes contemplo, es la vista sobre una gran ciudad.
La ciudad de Madrid, sobre la cual he visto amanecer, anochecer, con días de lluvia y sol, con la sierra nevada en el horizonte y las siluetas de los grandes edificios recortandose sobre las montañas y el cielo.
He contemplado la ciudad durmiendo y he visto como se despertaba, como sus calles se vaciaban y se volvían a llenar con sus gentes y sus vehículos al ritmo de las horas y de la luz del día. He contemplado como latía el corazón de esa ciudad y he visto como la vida en ella continuaba.
Y mientras tanto, desde esta "habitación con vistas" he acompañado a una vida que nos deja y he dicho adiós a otra que se nos fue en silencio.
Desde esta habitación, he repasado mi vida junto a ellos y se y he comprendido que, a pesar de que haya habido tristezas y sinsabores, su vida, y la mía junto a ellos, ha estado llena de alegrías y que sobre todo ha estado llena de sus enseñanzas.
Se que yo no seria como actualmente soy, sin su ayuda sin sus enseñanzas y cuidados, sin sus premios e, incluso, sus castigos. Soy , en cierto modo, su proyección hacia el futuro, y en mi siempre quedara algo de ellos.
Ojalá no hubiera conocido nunca esta " habitación con vistas" pero es ley de vida y ella nos ha traído hasta aquí, a esta habitación 55 de la planta 13 del Hospital 12 de Octubre de Madrid, donde mi madre lucha con la muerte una batalla ya perdida y en donde en una noche como esta, hace ya casi dos semanas, mis hermanos me comunicaron la muerte de mi padre.
Se fue, casi sin hacer ruido, mientras todos estábamos pendientes de mama en esta triste "habitación con vistas".
Ahora solo esperamos, esperamos el desenlace de una vida que nos dio la nuestra, que lucho por nuestra felicidad y de quien quiero pensar que la suya estuvo también llena de esa felicidad que tanto busco para nosotros.
Espero volver a escribir desde el Parnaso contemplando la maravillosa vista de los valles del Tajo y del Jarama con la sierra de Madrid al fondo, y se que mis padres tendrán, allí donde estén, la mejor "habitación con vistas".